Para seguir con mi presentación se me ocurrió estampar mi propia mano a modo de firma, así como lo hacíamos cada uno de nosotros cuando éramos niñitos.
Como cuando jugábamos a ser alguien importante dando nuestro mensaje de "Presente", en la esferas de nuestros mundos a la que estábamos inmersos en esos instantes.
La firma de mano es la cosa más primordial, más espontánea y primitiva forma de hacer que nuestras potestades ante los demás, se plasmen en una simple hoja.
Es la cosa más simple, pero a la vez tan importante como nuestras firmas actuales.
Era un juego. Era eso simplemente, pero no tan simple.
Era el juego, el encuentro con nuestros amigos o el modo más sutil de dibujar en colores parte de nuestro propio ser.
Este es mi "presente" más presente; un poco volviendo a jugar a ser un chiquiín, pero también dando cuenta que soy yo mismo el que tiene esos anhelos de un chiqulín y dar mi versión más real de plasmar mi propio ser.
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